19 de mayo 2023
¿Qué es lo que realmente deseas en la vida? ¿Una pareja amorosa, una carrera satisfactoria, una familia unida, una hermosa casa o éxito material? Estas son algunas de las cosas que puedes querer perseguir "durante" tu vida. Sin embargo, la verdadera pregunta es: ¿Qué deseas de la vida misma? No solo las metas que te propones conquistar "mientras" vives, sino tu propósito último en la vida.
A menudo, tenemos una idea de lo que queremos, pero rara vez reflexionamos sobre el propósito más profundo que perseguimos a lo largo de nuestra vida. Estamos constantemente expuestos a distracciones y mensajes impulsivos del entorno que nos desvían de plantearnos esta pregunta.
En la sociedad actual, una gran parte del pensamiento colectivo gira en torno a una filosofía utilitarista, que enfatiza que el sentido de la vida se encuentra en la búsqueda del placer y en el evitar el sufrimiento como principio máximo. Como sociedad, hemos perdido la capacidad de renunciar a nuestros deseos carnales en aras de una recompensa mayor. Nuestra cultura nos ha transformado de individuos que anhelan reconocimiento y amor en objetos que sirven como consumidores masivos. En una entrevista, realizada por el Wall Street Journal , el psicólogo estadounidense Jonathan Haidt, menciono algunas las consecuencias que vivimos como sociedad al adoptar este pensamiento hasta su limite: "Lo que encuentras en esta cultura son tasas extraordinariamente altas de ansiedad, depresión, autolesiones, suicidio y fragilidad entre los jóvenes. Nunca ha habido una generación tan deprimida, ansiosa y frágil". Gran parte de la hecatombe mencionada por Haidt se debe a que esta generación está buscando la felicidad en lugares equivocados, sin tener un rumbo claro de como vivir su vida.
¿Cuál es la importancia de tener una filosofía de vida? Sin ella, corres el riesgo de vivir sin propósito, de tomar decisiones equivocadas y terminar con una vida que difiere de tus verdaderos deseos. Hay un riesgo de reflexionar al final de tus días y darte cuenta de que desperdiciaste la única oportunidad que tenías para vivir plenamente.
Para los antiguos estoicos, una buena vida era una vida virtuosa. Vivir de acuerdo con la virtud significa vivir tu vida basada en los más altos principios morales, expresando la mejor versión de ti mismo en cada momento. En la antigüedad el filósofo griego Aristóteles afirmaba que la perfección del alma se basa en la experiencia de la virtud, y la búsqueda del significado radica en la capacidad de elevarse ante lo mundano y lograr el arte del buen vivir. Por otro lado, el vicio conduce a la fragmentación del alma, donde uno se esclaviza a sus propios placeres efímeros y el sentido de la vida recae en la constante búsqueda de la gratificación inmediata: En la próxima papita, el próximo encuentro sexual, en el próximo festival de música, en mi próximo viaje, el próximo "LIKE" en las redes sociales, el próximo ascenso laboral; cuando todos estos medios se convierten en un fin de la felicidad, el ser humano pierde toda soberanía sobre sí mismo.
Marco Aurelio dijo una vez: "Tienes poder sobre tu mente, no sobre los eventos. Date cuenta de esto y encontrarás la fuerza". Su filosofía de vida mejor conocida como Estoicismo se basa en la total aceptación de todo lo que te sucede en la vida, en ser consciente de que no elegiste vivir, sino que la vida te eligió a ti, y por lo tanto, preguntarte a ti mismo todos los días: ¿Qué espera la vida de mí? Saber que no controlas la vida, pero sí controlas tu propia vida.
Preocuparse por los eventos futuros es similar a sentir ansiedad por las olas que encontrarás mientras surfeas. No puedes controlar ni predecir exactamente cómo se formarán, pero tu responsabilidad es mantenerte equilibrado y aprovechar al máximo cada oportunidad. La naturaleza y las condiciones del océano determinarán las olas, pero tú decides cómo enfrentarlas y adaptarte a ellas. Independientemente de las circunstancias, siempre tienes el poder de atribuir un significado a todo lo que experimentas. Ya sea que enfrentes desafíos o encuentres momentos de pura alegría, todo cambia cuando encuentras un propósito en cada acción que realizas.
El psicólogo Victor Frankl, en su libro "El hombre en busca de sentido", menciona que la esencia de la libertad interior radica en asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a las preguntas que la vida plantea y cumplir con la obligación que se nos asigna. Él mismo es un claro ejemplo de cómo, incluso en los lugares más inhumanos, como estando en los campos de concentración alemanes, el ser humano puede encontrar el cielo aceptando y enfrentando su destino con propósito y coraje.
Hazte la siguiente pregunta: ¿Quién deseo ser en este mundo? Y luego, vive en consonancia con esa respuesta. Lleva a la práctica lo que sabes que es correcto. Al vivir de acuerdo con tus propios valores, encontrarás coherencia entre tus palabras y acciones. Porque la vida no consiste en buscar la felicidad, sino en encontrar un significado profundo en cada acción que realizas, cada día, cada hora y cada segundo.
Lidera con el ejemplo y otros te seguirán porque las acciones valen más que mil palabras
Referencias.
Jonathan Haidt on the ‘National Crisis’ of Gen Z
El hombre en busca de sentido: Victor Frankl
Meditaciones: Marco Aurelio